dimarts, 12 d’agost del 2008

POR ENÉSIMA VEZ

Hace ya más de 20 años que Carlos, mi eterno Carlos, se dedica a entrenarme el oido com músicas que jamás se me habría ocurrido escuchar. Entre las mil y una canciones, esta es una de las últimas. Las canciones nunca vienen solas, siempre las adereza con algún comentario que hace que me interesen aun más.

Miguel Bocamuerta (Miguel Peña Acevedo), también conocido como "Alarrota", fué un cantautor cordobés afincando en Barcelona. Fué un poeta oscuro, crudo, extraño, atormentado, frágil, fatalista, surrealista, bello, perdedor, con aire de malditismo, romántico y toxicómano. A finales del 2004 grabó un disco en su Córdoba natal, producido por su amigo Fernando Vacas (el de Prin'la lá, el de Flow); poco después se ahorcó. El álbum no se ha publicado sino hasta hace unos meses; así que és la ópera prima y póstuma a la vez. El disco, titulado "Tú en Marte y yo en Plutón", de alguna manera contiene la clave, a modo de nota de suicidio. Ya nunca lo sabremos, pero tantas cosas por decir le auguraban una gran carrera.

Y lo más importante de todo esto...es compartirlo, como las alegrías, que se disfrutan más en compañía.

dijous, 7 d’agost del 2008

PEACE, LOVE & UNDERSTANDING



As I walk through
This wicked world
Searchin' for light in the darkness of insanity.

I ask myself
Is all hope lost?
Is there only pain and hatred, and misery?

And each time I feel like this inside,
There's one thing I wanna know:
What's so funny 'bout peace love & understanding? Ohhhh
What's so funny 'bout peace love & understanding?

And as I walked on
Through troubled times
My spirit gets so downhearted sometimes
So where are the strong
And who are the trusted?
And where is the harmony?
Sweet harmony.

divendres, 1 d’agost del 2008

EN EL JARDÍN DEL MANICOMIO


Hay quien cree que suena mal, pero cualquier eufemismo intentando adornar el continente no suavizaría el contenido. Ahí es donde trabajo ahora, ahí es donde disfruto de las mejores vistas que alguien podría desear. Escuchar, sonreir, atusar el lomo de quien no tiene otro contacto con el exterior que tus ojos. Después viene toda la parte burocrática que deshumaniza cualquier intervención y corta casi de raíz el mínimo brote de acción educativa, pero esa es agua de otro costal...(Gracias por haber seguido visitando mi casa aun cuando no he abierto la puerta, un beso)

NO SON TODOS LOS QUE ESTÁN, NI ESTÁN TODOS LOS QUE SON



Desaparecida mucho tiempo, lo se, y no voy a intentar justificarme, sería totalmente absurdo. Nuevo trabajo dsd hace unos meses, nuevo horario, creo que es la rimera vez en mi vida que trabajo la jornada entera en horario diurno. Los primeros días hasta me molestaba tanta luz.
El "sitio nuevo" tiene mucha luz y vistas, preciosas vistas. Un gran ventanal por el que entran todos los colores del día, a veces de manera tan abusiva que hay que echar las cortinas para soslayar el sol. Un gran jardín, donde gana el verde pero al que se le suman mil colores y aromas de flores que contínuamente mima el jardinero. También hay altas palmeras de tronco esvelto, atalayas tropicales salpicando el jardín. Glorietas con más flores, setos a los lados, olivos y más flores, y más arbustos y más árboles... Idílico el lugar, verdad? Más allá de lo púramente paisajístico estan las personas. Hasta las 9 de la mañana no es más que un ir i venir de personas que empiezan o terminan su turno. Las que empiezan ya se han calzado las batas blancas, todas con la misma leyenda en la parte derecha del pecho, las que terminan...deseando quitársela, en esta época del año la bata da muchísima calor. Pero no puedes quitártela cuando visitas espacios comunes, es lo que distingue a "unos de los otros". Pocos minutos después de las nueve empiezan a poblarse los jardines, ya no de flores, que siguen estando ahí a todas horas, si no de personas. Cada una con su especial forma de ver el mundo, de experimentar su diferencia, incluso los hay sin plena consciencia de estar aquí. Pasa el carricoche de mantenimiento y uno de ellos, viviendo su realidad, lo persigue sin cesar. Otro habla con una cabina telefónica, sin descolgar el auricular, quizás nadie se lo explicó, o simplemente no necesita hacerlo para hablar con quien quiera que hable. Otra da vueltas a una de las farolas del jardín. La siguiente, con una indumentaria propia de los 70's conversa con alguien a quien no logro ver y no pq nada físico me impida la visión del contertulio. Los hay que aparecen aun en pijama, al poco descubrí que era pq estaban castigados por intentar escaparse al "otro lado", más allá de la puerta de hierro que se cierra a cal y canto y de los muros altos que rodean el jardín. Otras y otros necesitan ayuda para su paseo, sillas de ruedas entran en escena, empujadas por compañeros suyos de mirada perdida e hilillo de baba incesante. También hay quien grita, quien se arrodilla implorando no se sabe qué ni a quién..."un cigarro, un café, un paquetillo..." lo repite una y otra vez hasta que llega un momento en que ya ni lo escuchas, estremece la frialdad y la rapidez con que aprendes a moverte en el jardín, como logras no conmoverte con la visión de cada día...