Normalmente, soy impaciente. Me gusta que las cosas sean ¡ya!. Y si es algo que deseo…lo quería para ayer!! Pero el tiempo, los años y alguien que lo sacó de un proverbio me han enseñado que “la paciencia es un árbol de raíces amargas y frutos muy dulces”.
Y así me planteo la espera. Es como asomarme a una ventana, podría ser la del mirador, y esperar, esperar…pero sin desesperar. Plantearme el momento como un disfrute. Ver pasar lo que quiera o quien quiera que pase. Esperar sin quejarme, pues espero pq quiero.
Desde la ventana sentir el aire, ver el sol esconderse, disfrutar del aleteo de las hojas en los árboles. Ponerle música a la espera, compartir esa misma música para los que llegan después.
Imaginar mientras espero, bailar esperando, cantar deseando que llegue el final de la espera…y, a la vez, no saber que pasará, no saber bien si el disfrute es la propia espera o lo que está por venir.
Espero cambiando de posición, espero comiendo algo, tomando un vaso de vino, fumando un cigarrillo, esperando.
Espero apoyada en mi mano, sonrío y espero aunque, a veces, me enfade y un bostezo sea suficiente bálsamo…
Y así me planteo la espera. Es como asomarme a una ventana, podría ser la del mirador, y esperar, esperar…pero sin desesperar. Plantearme el momento como un disfrute. Ver pasar lo que quiera o quien quiera que pase. Esperar sin quejarme, pues espero pq quiero.
Desde la ventana sentir el aire, ver el sol esconderse, disfrutar del aleteo de las hojas en los árboles. Ponerle música a la espera, compartir esa misma música para los que llegan después.
Imaginar mientras espero, bailar esperando, cantar deseando que llegue el final de la espera…y, a la vez, no saber que pasará, no saber bien si el disfrute es la propia espera o lo que está por venir.
Espero cambiando de posición, espero comiendo algo, tomando un vaso de vino, fumando un cigarrillo, esperando.
Espero apoyada en mi mano, sonrío y espero aunque, a veces, me enfade y un bostezo sea suficiente bálsamo…