diumenge, 20 de gener del 2008

Tú, Yo y el Elefante



"Yo soy Yo,
Tú eres Tú,,
Yo hago lo mío,
Tu haces lo tuyo.
Yo no vine a este mundo a cumplir tus expectativas.
Tú no viniste a este mundo a cumplir mis expectativas.
Sí coincidimos, ¡qué hermoso!
Pero si no, no hay nada que hacer
Porque Yo soy Yo, y Tú eres Tú."


Recupero esta sentencia de la escuela de Gestalt de un mail que hace tiempo me enviaron. La acompañaban de una historia, que releida hoy, me ha hecho pensar.

"EL ELEFANTE ENTERO
En todos los juicios que yo hago sobre ti, hay un juicio sobre mí mismo... Y ambos son igualmente ciertos o falsos.
Mientras piense que yo estoy en posesión de la verdad y tú no lo estás, crearé separación, desigualdad y estableceré las bases para que el sufrimiento se instale en mi vida. Lo mismo ocurre si pienso que tú posees la verdad y yo no.
La realidad es que ambos poseemos una parte de la verdad y una parte de ilusión. Los dos miramos al mismo elefante, pero tú ves la cola y yo veo el tronco. Cuando se mira por separado, la cola y el tronco parecen que no tienen nada en común. Sólo cuando se ve la totalidad del elefante es cuando la cola y el tronco unidos, cobran sentido.
No importa cuanto me esfuerce, me es imposible ver el significado de tu parte. La cola no comprende ni el porqué, ni la razón del tronco. La única forma en la que admitiré tu experiencia es aceptarla como cierta, de la misma manera que acepto la mía como tal. Debo dar la misma credibilidad a tus percepciones que a las mías. Hasta que no establezcamos esta igualdad, la semilla del conflicto permanecerá entre nosotros.
No es necesario que diga que tú tienes razón y que yo estoy equivocado. No necesito reemplazar mi verdad por la tuya, o vivir mi vida según tus premisas. Ni tampoco es preciso que diga que tú estás equivocado y que insista en que debes vivir tu vida según mis condiciones.
Estas exigencias provienen de la inseguridad y de la falsa creencia de que, para amarnos los unos a los otros, debemos estar de acuerdo. No es cierto.
Para amarte debo aceptarte tal y como eres. Es lo único que debo hacer.
¡Pero eso es mucho! Aceptarte a ti tal y como eres, es una proposición tan profunda, como aceptarme a mí mismo tal y como soy. Es una tarea formidable, dada mi poca experiencia en este campo.
Permitir que tengas tu experiencia es el principio. Aprendo a respetar lo que piensas y sientes incluso cuando no me gusta o no estoy de acuerdo con ello. Incluso aunque me disguste.
En lugar de hacerte responsable del dolor que siento en relación a ti, aprendo a enfrentarme a mi propio dolor. Mi reacción a tu experiencia -positiva o negativa- me proporciona información sobre mí mismo.
El compromiso conmigo mismo y contigo es trabajar con mi propio dolor, no responsabilizarte a ti de él.
Sólo cuando te devuelva el don de tu propia experiencia, sin imponerte mis propios pensamientos y sentimientos sobre ella, te amaré sin condiciones.
Cuando acepte tu experiencia tal cual es, sin sentir la necesidad de cambiarla, te respetaré y te trataré como a un ser espiritual.
Mis pensamientos y sentimientos tienen importancia en sí mismos, pero no como comentarios o acusaciones a tu experiencia. Al comunicar lo que pienso o siento sin hacerte responsable de mis pensamientos y sentimientos, acepto mi propia experiencia y permito que tú tengas la tuya.
En las relaciones, al igual que en la conciencia, las dos caras de la moneda deben ser aceptadas como iguales. Una persona no superará el conflicto hasta que la experiencia de ambas haya sido respetada.
La cuestión no es nunca el acuerdo, aunque lo parezca. La cuestión es:
¿Somos capaces de respetar nuestra experiencia mutuamente?
Cuando sentimos que la otra persona nos acepta tal y como somos, tenemos la motivación para adaptarnos el uno al otro. Adaptarse es hacerle al otro un lugar junto a nosotros; es no imponerse ni que se nos impongan.
Una vez que se llega a la adaptación, ambas partes moran juntas. El hombre y la mujer, el blanco con el negro, el rico con el pobre, los judíos con los cristianos. Aceptar nuestras diferencias es honrar la humanidad que tenemos en común, es bendecir mutua y profundamente la experiencia que compartimos.
De modo que la cola y el tronco discutirán hasta ponerse morados y ninguno de los dos ganará la discusión. Ambas experiencias son igualmente válidas.
Al permitir que esto sea posible, el elefante empieza a cobrar forma.
Al aceptar la validez de tu experiencia sin intentar cambiarla, sin intentar que sea algo más parecida a la mía, mi propia experiencia empezará a adquirir un mayor significado. Cuando te contemplo como a un igual y no como a alguien que precisa ser educado, reformado o determinado, el significado de nuestra relación se revela por sí mismo. Cuando se le da la bienvenida a cada parte, el todo empieza a tomar forma y resulta más fácil comprender y apreciar el significado de las partes.
Un mundo que pretende conseguir un acuerdo, encontrará conflicto y sectarismo. Un mundo que proporciona un espacio seguro a la diversidad, encontrará la unidad esencial para convertirse en entero.
Frente a los opuestos tenemos dos opciones: resistirlos o abrazarlos. Si los resistimos, provocaremos un conflicto entre el yo y el otro. Si los aceptamos, los integraremos como agentes dinámicos y originaremos una transformación alquímica en el interior del yo."

19 comentaris:

Ana ha dit...

Que lindo!

Me gusta.
Un aprendizaje que exige mucha mucha madurez y templanza... y mucho capacidad de amar.
Un reto increíble.

Esta es una historia para dos. En el aula cuento una historia parecida para explicar el trabajo en grupo.

Por si te apetece leerla la cuento en los comentarios de esta entrada:

http://argusol.blogspot.com/2008/01/quitarse-manzanas.html

(ponerla entera me parecía largo y osado por mi parte).

Un beso.

Anònim ha dit...

Pues si es dificil asimilar que las necesidades del otro son tan importantes como las de uno mismo por estrañas que nos parezcan,si fuesemos capaces de hacerlo ...bueno como dice mi mami ,coser y cantar.

Amenambar ha dit...

Yo hace ya tiempo que utilizo una analogía parecida, pero con un muro con ventantas, en lugar de un elefante ;)

Si hubiese más gente que pensase así todo sería mucho más fácil.

Traven ha dit...

La tolerancia, tan necesaria como escasa. Es un precioso canto a la tolerancia y al respeto, es una lástima que haya tanta gente sin interés por llegar a ver el elefante completo.

Me gusta tu blog y volveré, gracias por descubrírmelo y por tu visita.

Desde mi verso hasta tu prosa, un beso,
P.

Anònim ha dit...

Esperé tras la puerta, al otro lado de la puerta, tu figura impidió, mi segunda llamada. Tu mano se adelantó a tu fisonomía, a ti misma.
El agradable aspecto ante mis ojos, tenía voz.
La voz dejó oír su música.- ¿Qué se le ofrece? Tengo que marchar al trabajo, me pilló con el tiempo contado.
-Soy el Cartero; el Cartero de la zona. Tendría que firmarme la entrega de este telegrama.
La simpática fisonomía clavó sus ojos en mis ojos, como asustada.
-No; no se asuste. Los telegramas que el cartero entrega, no son de mal agüero. Estos, los de malas noticias los entregan por otro conducto ordinario. Firme por favor. Puede abrirlo delante de mí y comprobar que no son noticias negras.
La agradable fisonomía y simpática luz en el día, firmó el papel sin mojar. Abrió el telegrama y leyó en voz alta:
“Soy el Cartero de la zona. Le dejo un beso de presentación.”
La simpática mujer, sonrió. Cerró los ojos y halló un beso de el Cartero en sus labios.

Аmanecer ha dit...

Cuanta enseñanza tiene tu entrada,
una invitaciòn a un gran reto.
hacia la confianza, igualdad, tolerancia, y grandes cambios.
hasta encontrar el elefante por completo.

Аmanecer ha dit...

Lindo escrito.

Besos y muchos màs.

marisa ha dit...

respetar, comprender, aceptary vivir juntos en armonía.. ideal de dos... rescato la parte que más me gustó: " Mientras piense que yo estoy en posesión de la verdad y tú no lo estás, crearé separación, desigualdad y estableceré las bases para que el sufrimiento se instale en mi vida..."

PRU ha dit...

Genial ! Ho coneixia d'una manera similar, sense elefants però a favor del respecte, la comprensió i la tolerància...
Una reflexió que tant de bo més gent coneguès, i volguès compartir i portar a la pràctica...

Hi han molts trossos remarcables, però faré una petita adaptació lliure del final : "Frente a l@s blogger@s, tenemos dos opciones: resistirl@s o abrazarl@s..." Doncs apa, t'envio una abraçada (no he pogut resistir-me) i una quants petons... ;)

P.D. Ja t'he respost al mail, disculpa pel retard...

Despistado ha dit...

Un precioso canto a la aceptación y la tolerancia; me ha encantado leer esta entrada.
Te mando un beso de elefante.

d2 ha dit...

La entrada es estupenda. Me encanta.

Gracias Guapísima. No sabes lo que animan a escribir comentarios como el tuyo. Un beso

Muriel ha dit...

A TOD@S:
Jajajaja Qué bien!! Pero que sorpresa más encantadora. La primera por abrir el blog y encontrar tantas personas que han pasado por aquí y han dejado rastro, y la segunda por reencontar personas de las que no sabía hace tiempo y que la falta del mismo por mi parte ha hecho que yo tampoco las visite tanto como quisiera. Muuuuuuuack!! Beso grande para tod@s. Creo que no hace falta que apostille uno por uno los posts recibidos, pues todos por diferentes son por igual abrazados. :)
P.D. Se me ha quedado una sonrisa de boba que no os la perdais.

Anònim ha dit...

El Cartero asintió en silencio. Dejó en el descansillo de la puerta el silencio para disfrute de mil ojos recónditos. Tras pasar el umbral, propinó un delicado taconazo a la puerta.
Atrás quedaron mil sospechas. Frente a él, frente a el Cartero, unos ojos encendían la noche. El Cartero respondió, a la pregunta de Muriel: “Te apetece un café”; con otra pregunta: “Deseo saborear tu boca”.
Muriel, ahora sin la preocupación de hace tres minutos al abrir la puerta, entreabrió su boca. El Cartero acomodó su labios en los labios de Muriel, dando paso al laberinto en juego de sus lenguas.
Ring ring ring.- Al descolgar el teléfono, la voz de Muriel balbuceó: “Jefe, he pasado un mal día, tengo un fuerte dolor de jaqueca. Esta humedad acabará conmigo. No puedo presentarme a trabajar. .- El jefe respondió. “Cuidate Muriel. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes, llamame”
Muriel y el Cartero, se regocijaban en su humedad.

PARANOICO ILUSIONISTA ha dit...

Increiblemente buena reflexión, eso es amar en todos los sentidos. Ese poder de respeto parece tan complicado en estos tiempos, luchemos porque sea posible.
Besos

d2 ha dit...

Un beso enorme Muriel, eres genial. Gracias por tu blog y tus visitas y tus comentarios. A veces eres la mejor razón para escribir.

A.Tapadinhas ha dit...

Podemos ter compensações muito grandes por ajudarmos alguém a cumprir seus sonhos... talvez até cumprir os nossos!
Beijo.
António

Fernanda Irene ha dit...

Tan bonito, como utópico. Cuándo tan noble enseñanza la he trasladado a la vida real, lo único que he conseguido es que me coman el terreno. Claro! Yo soy la comprensiva, la paciente, la que todo lo entiende, la que se hace cargo de todo... Una conducta tolerante y de absoluto respeto exige madurez y generosidad y, por regla general, somos egoístas y egocéntricos, no vemos más allá de nuestro ombligo.

Un abrazo Muriel o Fermina, que me gusta mucho más.

Irene

Muriel ha dit...

Cierto, Irene, yo siempre resulto la "amiguisima", pero no me hace decaer en mi intento de participar de un mundo menos egoista, menos competitivo, un mundo con menos prejuicios. Un beso

C2ISLOV3 ha dit...

Controversias por creernos en posesión de la única verdad sin atender a razones.

Enterémonos de los argumentos y puntos de vista de los demás, después analicemos y tomemos una decisión. Engrandeceremos en sensatez y conciencia, así sortearemos y evitaremos mejor los conflictos.