Desde el mirador, desde donde se ve todo, lo bueno y lo malo. Allí se ha pasado todo el fin de semana, intentando trabajar o peleándose con el ordenador o buscando un refugio para sus miedos o intentando retrasar un poco más la realidad o, quizás, de todo un poco o un mucho. Ella quería estar allí y él le permitió compartir trocitos de mirador y de sensaciones.
La visita no fue real, algo parecido a un paseo por una realidad visible pero inexistente al resto de los sentidos, pero, aun así, se sentía allí. Compartiendo la música, la negra noche, las estrellas, los búhos y la abubillas. Se sentía tan en el mirador que casi podía tocarlo, se sentía formando parte de la huida, pero, en realidad le hubiese gustado estar allí “de verdad” . La sensación de estar viendo una película entre palomitas y bostezos y que cuando termina y salen los títulos de crédito algo ha cambiado por dentro sin tener muy claro el qué ni por qué.
Después de un fin de semana que a ella le parecía de ensueño, de risas bicefálicas, ahora toca poner los pies en el suelo, dejar apaciguar las mariposas, y esperar que pase la semana y llegue un incierto jueves, u otro sorpresivo viernes…o esperar el eterno retorno a la vuelta de cualquier esquina.
La visita no fue real, algo parecido a un paseo por una realidad visible pero inexistente al resto de los sentidos, pero, aun así, se sentía allí. Compartiendo la música, la negra noche, las estrellas, los búhos y la abubillas. Se sentía tan en el mirador que casi podía tocarlo, se sentía formando parte de la huida, pero, en realidad le hubiese gustado estar allí “de verdad” . La sensación de estar viendo una película entre palomitas y bostezos y que cuando termina y salen los títulos de crédito algo ha cambiado por dentro sin tener muy claro el qué ni por qué.
Después de un fin de semana que a ella le parecía de ensueño, de risas bicefálicas, ahora toca poner los pies en el suelo, dejar apaciguar las mariposas, y esperar que pase la semana y llegue un incierto jueves, u otro sorpresivo viernes…o esperar el eterno retorno a la vuelta de cualquier esquina.
3 comentaris:
Que bonito lo que has escrito parece que lo estes viviendo. Seguramente me recuerda las buardillas de Peter Pan con el rapto de Wendy y escaparse juntos al pais de nunca jamás. El mirador efectivamente no és la mirada indiscreta de Hickock ni tampoco la azotea del capitan Bams de Mary Poopins. El mirador tiene una función que Peter Barry pudo contar muy bien como en la película " Descubriendo nunca jamás".. un refugio para Wendy. Besos
Seguirán lloviendo sueños... es lo único capaz de mantenernos en pie ¿si?
Cada uno de tus textos es un mirador volcado al propio interior.
Un beso grande.
Asomado me encuentro a este tan familiar mirador tuyo, escuchando la música que escribes.
http://www.youtube.com/watch?v=wUtSfjGvB3k&feature=related
Saludos.
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