dilluns, 3 de setembre del 2007

Palabras


Siempre me han gustado las palabras nuevas, creadas a partir de una sensación, una observación, o una asociación de ideas.
La primera que me llamó la atención, y de eso ya hace unos años...tantos com 18 0 20, era de Martin -Santos, de aquellas lecturas obligatorias de instituto que resultan ser todo un descubrimiento y que, casi sin darte cuenta, se convierten en una no-obligación y un placer. La palabra es TROTUARANTES, palabra con la que el autor designaba a las prostitutas, teniendo su origen en la entrada francesa "trottoir" (acera); por lo tanto, las que hacían la acera= Trotuarantes.
Años más tarde, 23 de octubre de 2006, en un avión dirección a Madrid, justo el día antes que Bruce actuase en Barcelona (concierto al que asistí y me encantó, fui con mi hija), leí en un rotativo la palabra que estaba buscando: "MADURESCENCIA". Es realmente como me siento. No tiene que ver con el síndrome de Peter Pan, es, simplemente, el sentirse de manera consciente como un adolescente, y disfrutar de ello. Yo añado que es tener pajaritos en la cabeza, mariposas en la barriga y los pies en el suelo. Al decir consciente, aclaro, estoy refiriéndome a disfrutar de los que sentimos, ser conscientes de que los sentimientos florecen´saltándose a la torera cualquier teoria piagetiana, y disfrutar de ello en consciencia. Cuando somos adolescentes, adolecemos, pero nos pasan tantas cosas a la vez, física y psicológicamente, que nos pasa casi de soslayo sin que nos demos cuenta. Cuando nos pasa tocando los 40 o más...jajajaj!! Es fantástico!!! Lo vivimos, lo sentimos, lo disfrutamos, adolecemos y lo sabemos! ¿Qué más se puede pedir?
Otras palabras que me gustan son melíflua, papiroflexia, onomatopeya,flash, sinuoso, alelí, frenesí,...y cien más que ahora no enumeraré, pero con las que disfruto aun sin usarlas, simplemente pronunciándolas y saboreando su sonido. La palabras no sólo se sienten con el sentido del oido, pueden llegar a nosotros por el gusto (la miel de melíflua), el tacto (las caricias de sinuoso y las formas que creamos con la papiroflexia), el oido (los sonidos de onomatopeya), el olfato (con los aromas de alelí)y la vista (sin que nos deslumbre ningún flash que no sea el propio brillo de las palabras).

3 comentaris:

neralo ha dit...

inconmensurable!!!

Dunkler Geist ha dit...

Brillante ejercico!
Realmente interesante...

XAVIER ALSINA ha dit...

Parece que sostienes que más allá del lenguaje existe una realidad emocional que nos hace sugerir entrar en determinados mundos que nos acompañan y nos abrazan. Creo como tu bien dices que el lenguaje posee una musicalidad que se nos escapa muchas veces producto de esa immediatez que nos somete y nos distrae. La relación que se establece entre el significado y el significante a propósito de la referencia que nuestra palabra intenta expresar a través de una idea muchas veces nos alcanza de tal manera que acaba por sobrecogernos. No sé si se entiende lo que digo. Cuando el lenguaje con posibilidades infinitas pero con limitaciones de un alfabeto nos enseña a decirnos, a narrarnos mejor como seres humanos entonces deberíamos detenernos en ese silencio embriagador que con la palabra suena. Maria Zambrano en su excelente libro "claros del bosque" nos decía "Del claro , o del recorrer la serie de claros que se van abriendo en ocasiones y cerrándose en otras , se traen algunas palabras furtivas e indelebles al par, inasibles, que pueden de momento reaparecer como un núcleo, que pide desenvolverse, aunque sea levemente;completarse para bien, es lo que parecen pedir y a lo que llevan. Unas palabras , un aletear de sentido, un balbuceo también, o una palabra que queda suspendida como clave a descifrar; una sola que estaba allí guardada y que se ha dado al que llega distraído ella sola."